viernes, 24 de noviembre de 2006

BODA EN MADRID

Cuando mi primo Vidal vio llegar a mis padres y a mi hermana Mena preguntó: ¿Y Andrés por qué no viene? Es verdad ¿por qué no viene?-- dijo su tío Luis-- Mi madre, que no era ni corta ni perezosa, fue a buscarme inmediatamente, no se detuvo a pensar ni un momento en que yo no tenía ropa para ir de boda, ella sólo pensaba en la ilusión que me haría viajar a Madrid por primera vez en mi vida.

¡Andresín, vamos levantate que te vienes a Madrid!-mi madre me apremiaba ¡Venga vístete, date prisa, que nos están esperando, corre, que nos vamos a la boda!


Eran las diez de la noche y aunque era sábado, ya estaba acostado, entonces no había televisión, los niños nos acostábamos muy pronto. La boda era al día siguiente, domingo, concretamente el día 17 de diciembre de 1961, se casaba mi primo Justo, con una madrileña.

En menos de media hora ya estaba subido al autobús, con los zapatos de mi hermana Paqui, una rebeca de mi hermana Mena, unos pantalones cortos (calzonas decíamos), creo que míos y una tremenda vergüenza, que, sin ninguna duda, era sólo mía.

Sin embargo, mi primo Vidal iba todo elegante con sus pantalones largos, sus zapatos nuevos, un jersey de lana gorda y un bonito abrigo de chevió, todo ello estrenado para la ocasión, iba arregladito como se tenía que ir a una boda en Madrid, y no cómo yo, que llevaba unos zapatos de mi hermana con una punta que se notaba a la legua que eran de chica.

El autocar salió sobre las once de mi pueblo, en un ambiente de fiesta por todo lo alto, estábamos invitados a una boda en Madrid, que se iba a celebrar, nada menos, que en el Hotel Reina Victoria, llegamos a Madrid a las ocho de la mañana, nueve horas de viaje para un trayecto que no llegaba a los trescientos kilómetros.
Lo primero que recuerdo al entrar en Madrid, fue que pasamos por debajo del Viaducto, y al primer señor que vi en la calle Segovia desde el autocar grité: ¡Mira se parece a Chamaco, el que va a torear al pueblo! y es que siempre me ha gustado buscar parecidos a todo el mundo, mi tío Vidal se reía de mí con esa sonrisa tan jovial que siempre le acompañó, y me respondió: Sí ese es Chamaco, y ahora vamos a ver al Mirabeleño. Éste era un torero famoso, bueno famoso en Monroy y su comarca, y padre de, este si, famoso torero extremeño Juan Mora.
Recuerdo también que pasamos por la Puerta de Toledo y paramos en el Hotel Ronda de Toledo, donde mi primo Justo, el casamentero, había reservado dos habitaciones para que nos cambiásemos toda la familia del pueblo, bueno, para que se cambiase quien tuviera ropa para cambiarse, claro debe quedar que ese no era mi caso.

Desde la ventana del hotel Ronda de Toledo se veían los trolebuses, la parada que había debajo era fin de trayecto y allí hacían el cambio de trole, ¡jo que pasada! en Madrid los autobuses son eléctricos. En el vestíbulo del hotel descubrí unas lucecitas en un cuadro que se encendían y sonaba un pitido, cuando alguien tocaba un botón, pues sin pensarlo dos veces me puse a tocar insistentemente el botoncito de la habitación donde estábamos, lo que no sabía es que eso era para llamar a las camareras, cuando alguien me dijo:-- Niño, que van a venir todos los empleados del hotel-- no se me ocurrió otra forma de acallarlo que apretar en la lucecitas que se encendían, claro lo único que conseguí fue que se hundiera la tapa que protegía a las dichosas lucecitas.

Nos fuimos a oír misa a una Iglesia que debía estar cerca de hotel, mi primo Vidal, su tío Luis y yo, mientras esperábamos que comenzase la misa vimos que había niños que estaban dando la catequesis, y cual no sería nuestra sorpresa, al comprobar que no se sabían ninguna de las preguntas que les hacía el catequista, sin embargo mi primo Vidal y yo nos la sabíamos todas, se nos quitó un poco nuestro complejo de inferioridad de niños de pueblo ¡Sabíamos más que los de Madrid!. Ya lo decía don Abilio el párroco de Monroy, que también estaba en la boda, “Pitachina eres el hombre más docto de la doctrina cristiana” y eso que la primera vez que fui a catequesis cuando me preguntaron que donde vivía el papa, dije que en Madrid.
La fama de hombre docto, que yo no sabia lo que significaba, pero sonaba muy bien, era debida a que al final de la misa de los domingos, se nos pedía que explicásemos el evangelio que había correspondido a la misa de ese día, y dio la casualidad que el evangelio de aquel domingo, lo acababa yo de estudiar en la lección de Historia Sagrada, así se llamaba a la religión en segundo curso de bachillerato, pues ni corto ni perezoso solté el rollo que me había aprendido, como se aprendían las cosas entonces, memorizándolas, pero sin tener muy claro lo que significaban, ya no recuerdo muy bien el evangelio de que se trataba, vagamente me parece recordar que se refería a algo relacionado con el Espíritu Santo, un tema complejo, incluso ahora para mi. “Don Abilio, Andrés se lo sabe porque lo estudiamos ayer en clase”. dijo alguien. Bueno, pues si lo estudiasteis ayer, todos lo sabéis, ¿no?.Venga sube tu también a explicarlo, dijo do Abilio. No yo no, es que esa lección era muy difícil, respondió mi amigo Eustasio.

Después de misa fuimos en metro a la Puerta del Sol, Juanito el hermano de la novia, hacía de anfitrión, madrileño con su sombrero tirolés y su bigotito, nos quiso gastar la primera broma, me dijo que había que saltar para coger los vagones a la otra vía, yo le seguí el juego y le dije que yo no tenía problema pues era muy buen saltador, pero que pasaba con él, pues estaba seguro que no llegaría, seremos de pueblo pero no tontos.
Llegamos a la estación de la Puerta del Sol, cuando salimos por la boca que daba a la Dirección General de Seguridad, me puse a mirar en todas las direcciones buscando donde estaba la Puerta del Sol ¿Dónde está la Puerta del Sol, que yo no la veo? Carcajadas generales, sobre todo de Juanito-Pero bueno no acababa yo de ver la Puerta de Toledo que era una puerta muy grande, pues lo más natural, es que la Puerta de Sol fuera una señora puerta, más grande incluso, que la de Toledo, pues era más famosa, ¡Pues no señor, en la Puerta del Sol no hay ninguna puerta que se llame así! Entonces ¿de qué se ríen estos gilipollas, además de mentirosos? pensé todo ruborizado.
Al hilo de esto, que les hizo tanta gracia, alguien contó la siguiente anécdota, que no sé si será mas que anécdota, una leyenda, pero que ya ha pasado a formar parte de la historia de mi pueblo: Entonces el metro se pagaba según los itinerarios, como ahora ocurre con la RENFE, pues resulta que vinieron a Madrid el alcalde entonces de mi pueblo Jacinto Flores y su amigo Bernabé Gómez, y al ver que la gente pedía: “Un billete para Antón Martín, para Tirso de Molina, para Diego de León,” ellos ni cortos ni perezosos solicitaron enérgicamente a la taquillera -- ¡Dos billetes, uno para Bernabé Gómez y otro para Jacinto Flores!


Mis primas Guadalupe y Maria Luisa, eran las hermanas de Vidal, aunque Vidal, tenía otras tres hermanas, y dos hermanos más, bueno en realidad no eran hermanos, aunque como vivían todos en la misma casa la gente pensaba que eran todos hermanos, yo no, pues me sabía perfectamente quienes eran hermanos y quienes primos, empezaré por decir que todos eran primos míos, y luego entre ellos eran mas primos, no se me mal interprete quiero decir que eran primos dobles, que no se entiende, pues luego lo explicaré, bueno como iba diciendo mis primas Maria Luisa y Guadalupe, (Pupe y Sisi) las auténticas hermanas de Vidal, se habían puesto para la ocasión una especie de diadema de plumas en la cabeza, y los chicos madrileños, con mucha gracia las piropeaban y las hacían requiebros, imitando el canto del gallo.

Cuanta gente y cuantas chicas, había en Madrid, pero a mi se me antojaban todas feas, no me parecía ninguna guapa, como las chicas de mi pueblo ninguna, pensaba yo. Anda que no cambié de parecer con el tiempo, estoy casado con una madrileña, y ahora veo que hay mujeres bellísimas en este Madrid de mis pecados.

Había dicho antes que explicaría lo de los hermanos de mi primo Vidal, bueno pues resulta que dos hermanos de mi padre, Vicente y Vidal se casaron con dos hermanas, bueno se casó cada uno con una hermana, claro está, Trinidad y Filiberta, respectivamente, estas tenían un hermano Luis Real Calvo, mis tíos se apellidaban Gómez, eran los dos muy buenas personas, y consintieron vivir todos bajo el mismo techo, y así se creó el clan de los Reales, siendo su jefe Luis, que era soltero. Como ya conté antes quienes eran las hermanas de Vidal, ahora digo quienes eran sus primos, que al ser dobles y vivir en la misma casa, la gente se hacía un lío y creían que eran todos hermanos, bueno pues los primos de Vidal que eran los hijos de Vicente y Trini, eran cinco a saber: Justo, el médico el que se casaba (q.e.p.d.), Filomena, Guadalupe, Ceferino y Victoria, ahora ya están todos los datos para saber quienes eran primos y quienes hermanos, ¿qué no ha quedado claro? bueno da igual en el pueblo todavía mucha gente tampoco lo sabe.

Llegamos al hotel Reina Victoria, ¡Qué alfombras, qué lámparas, qué salones tan grandes, cuántas copas, platos y cubiertos en la mesa, qué guapa estaba la novia, tan rubia, con el vestido tan blanco, tan simpática y lo bien que hablaba, como pronunciaba las eses, y mi primo Justo, que elegante con ese bigotito y esos guantes de cuero tan bonitos, aunque nunca se los puso, los llevaba cogidos los dos en la mano derecha, y con ese traje de etiqueta, parecía un señor importante, bueno para mí era muy importante, era médico!

El menú de la boda empezaba con un caldo, pero no le llamaban caldo, sino consomé, consomé Luis XV, para ser exactos, la única diferencia que yo le veía con un caldo era que este llevaba una especie de pelotitas de tamaño de un garbanzo en suspensión, tampoco eran muchas tres o cuatro, recuerdo que también había en el menú gambas Orly, eran gambas rebozadas y fritas, ahora creo que se llaman gambas a la gabardina, y pechuga a la Villaroy, --Mira Vidal, significa Villa rey, rima con Monroy, que significa Mi rey y Monroy es villa, seguro que han hecho una contracción, Villamonroy a Villaroy, una contracción significa lo mismo, pero es mas corta, por ejemplo una contracción es “al” y significa lo mismo que “a el”, se suprime la e, pues aquí han suprimido mon,-- se tenia que notar que yo sabía más que mi primo, pues estaba estudiando segundo de bachillerato, y mi primo aún no, porque aunque sólo nos llevamos un mes y medio, yo nací en Diciembre y el nació en Enero, y por tanto iba un curso después, además el francés se empezaba a dar en segundo curso.

Después de comer fuimos con el tío Luis, al Parque del Retiro, a la Casa de Fieras, ya he dicho antes que el tío Luis era tío de Vidal, mío no era nada, pero también para mi era el tío Luis, en el pueblo todas las personas mayores eran tíos, lo fuesen o no, quiero decir que se les llamaba tíos aunque no fuesen tío tuyo, incluso se les llamaba tío aun cuando no tuviesen sobrinos. Creo que ahora ocurre lo mismo entre los jóvenes, pues se pasan todo el tiempo diciendo: “oye tío”, “mira tío” “bueno tío”, “ ¿qué pasa tío?, y resulta que no es su tío, que es su amigo, definitivamente no hay nada nuevo bajo el sol, quien me iba a decir a mi que terminarían imitando en Madrid nuestra forma de hablar.
En la Casa de Fieras, lo que recuerdo era que olía muy mal, los elefantes eran muy grandes y los monos tenían el trasero muy feo, lo tenían pelado, muy saltarines y revoltosos, le gustaban mas los plátanos que los cacahuetes, recuerdo también que, los taxistas iban vestido con chaqueta azul y gorra de plato. Al ir a coger el taxi en la parada, un taxista nos dijo en plan de guasa: No suban ustedes en el coche de este que no es de Madrid y no sabe donde está el Retiro.Yo iba todo preocupado por el pobre hombre, que no tenia mas remedio que trabajar de taxista sin haberse aprendido las calles de la ciudad. Pero resulta que era mentira, no sólo sabía perfectamente donde estaba el Retiro, sino que cuanto el tío Luis le preguntó que a que cine nos podía llevar, enseguida respondió con gran entusiasmo, que sin duda nos llevase al Cinerama, era una nueva forma de ver cine, que había no sé cuantas cámaras, y que se creaba un ambiente que te envolvía, y que parecía que era real, te sentías como dentro de la película
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Pues al cinerama que nos fuimos, ponían Las aventura en los Mares del Sur, estaba en lo que hoy es el Teatro Albeniz, en la calle de la Paz, era una especie de documental, recuerdo que unos indios se tiraban de unos árboles muy altos, con unas cuerdas atadas a los pies, pero por más que me esforzaba en sentirme dentro de la película como si fuese en la realidad, lo único que conseguía era dar pataditas al ritmo de la música en la butaca del señor que estaba delante, y que me recriminaba constantemente, Niño estate quieto, deja de dar pataditas, eso era lo único que a mi me producía el cinerama dar patadas al ritmo de la música en la butaca del señor que estaba delante, menos es nada.

Pero, todavía dio más de sí, el mágico domingo de boda en Madrid, cuando salimos del cine, fuimos a ver escaparates, ya estaban los juguetes de los reyes expuestos, ¡Cucha, cucha! Vidal, mira que avión tiene cuerda, ¡Chacho cuanta luz tienen los escaparates! A todo esto yo me daba cuenta de que estaba haciendo el ridículo, pues los niños que estaban a nuestro lado, se daban con los codos murmurando, y empezaron a hacernos burla imitándome ¡Sí, soy paleto, y además, voy vestido con ropa de chica, pero nos sabemos el catecismo mejor que todos vosotros, niñitos cursis madrileños!

Claro que esto lo pensé, ¿Cualquiera decía nada con todos los niños que había viendo escaparates! Y es que cuando se está en minoría, es preciso siempre tener en cuenta los versos que citaba Unamuno:

Y vinieron los sarracenos
y nos molieron a palos
que Dios ayuda a los malos.
cuando son más que los buenos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena, Andrés, has conseguido hacernos estremecer con la narración de este entrañable recuerdo de tu infancia.

Mi padre ha disfrutado mucho recordando aquel día, se sorprende de la cantidad de detalles que has logrado conservar en la memoria a pesar de tu corta edad en aquel momento, y los años transcurridos.

Hemos llamado a tía Noni y los primos de tío Justo para que lo lean. Les emocionará.

Un abrazo.
Los Reales.